lunes, 24 de septiembre de 2012

COLOMBIA: EN ARMAS


Una mirada a las actuales condiciones del movimiento insurgente

Camilo Iñaqui

Pueblo en Lucha.


Desde el momento que se hicieron publicas las conversaciones entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC-EP y el Gobierno de Santos quien representa a la oligarquía criolla y al imperialismo Gringo y su aliado Israel, un sin numero de actores políticos y militares han ido reestructurando sus tácticas para enfrentar el nuevo escenario geopolítico – estratégico que se nos avecina, un posible acuerdo excluyendo a la otra fuerza política  – militar de importancia, el Ejercito de Liberación Nacional de Colombia, ELN; en un contexto de enfrentamiento constante entre el ejercito de Colombia y las guerrillas; en la histórica bancarrota que se encuentran las arcas del EEUU, será presentada por la burguesía imperial como un gran triunfo político, la derrota de la opción político - militar en Latinoamérica como estrategia para la conquista / construcción / defensa del poder popular, pueda causar mas que un movimiento en este tablero de ajedrez.


Desde la época de la “violencia”  en Colombia, el imperialismo a través de su gobiernos títeres ha declarado el fin de la insurgencia, desconociendo que son miles los que militan en las filas insurgentes o otros millones que apoyan la transformación radical de la sociedad de clases,  fue así con el Plan Lazo para enfrentar a la guerrilla de las FARC – EP en Marquetalia a los comienzos de su historia guerrillera, con el Plan para enfrentar al ELN,  en lo que se conoció como la “operación Anori”, ha sido así cuando se desplegó por todo el territorio cafetero el Plan Colombia, luego derivado al Plan Patriota o a lo denominado “Seguridad Democrática” tan utilizada por Uribe y sus secuaces paracos, el bloque dominante oligárquico – financiero apoyado por los gringos, llevan años declarando la derrota político y militar de la insurgencia (concebida como el conjunto de organizaciones político – militares que se enfrentan al estado colombiano, a los representantes del sistema económico y sus perros de presa las Fuerzas Armadas a través de sus diversas  estructurar de defensa).

Las FARC-EP han declarado públicamente que el Secretariado su máximo estamento de dirección, “parte de la idea de que este será un proceso exitoso, en la medida en que esas grandes mayorías que se inclinan por la solución política tengan oportunidad de hablar, de movilizarse, de influir, de decidir al respecto” además agregaron que invitan a estas mayorías a sumarse al proceso, una apuesta política osada y progresista pero a la vez síntesis de las actuales condiciones político sociales en Colombia, un movimiento social en ascenso, pero una población que no quiere que continúe por nuevos 50 años la guerra declarada al pueblo por parte del estado y sus aparatos represivos.


El Comandante Timolion, declaro que  “Las FARC siguen ahí, combatiendo, resistiendo, avanzando. Ahora volvemos al escenario natural de la política, los diálogos civilizados”; donde desde luego se espera permita reconocer a los pobres en armas como beligerantes en esta lucha de clases.


A pesar de que los últimos años para las FARC han sido de duros golpes, entre estos la  muerte de Marulanda, su máxima jefatura y otros tres miembros del secretariado,  la liberación de Ingrid Betancur, el asesinato de cientos de combatientes; y  por otro lado el agotamiento del pueblo en sostener una guerra a muerte con un estado feroz y sangriento, que no ha escatimando recursos para enfrentar al pueblo en armas, ha sido sin duda también parte de esta historia reciente en la cual concebir este nuevo proceso de negociación política.


A la guerrilla se les acusa de estar derrotados política y militarmente, sin embargo, hay miles de organizaciones en las cuales el pueblo apoya la política revolucionaria de la insurgencia,  en cientos de comunidades campesinas, miles de colectivos de estudiantes, otros tantos sindicatos de clase y organizaciones barriales que desde sus particularidades adoptan la política de enfrentar al estado a través de la violencia, construir poder popular y edificar el socialismo. Lejos esta la derrota política del pueblo en lucha Colombiano, la alternativa al sistema capitalista no es otro modelo que el socialismo, y son muchos los que en llanos, ciudades y selva enarbolan las banderas de la patria que el Che, Bolívar y tantos otros y otras soñaban.


Por otro lado el Ejercito de Liberación Nacional de Colombia E.L.N., ha planteado a través de su comandancia que se debe apostar a generar una “mesa única de la insurgencia”, en la cual sin duda la unidad entre las fuerzas revolucionarias es fundamental para llegar a este estadio superior en la lucha popular del cafetero país; ejemplos pasados como la “Coordinadora Guerrillera Simon Bolívar”, permiten dar luces a este camino de liberación.


Efectivamente las grandes mayorías de Colombia, incluida las guerrillas, consideran que la paz es justicia social y soberanía popular;  pero el estado solo busca ganar tiempo para seguir enfrentando militarmente a la insurgencia, en cambio el pueblo organizado busca un proceso de paz que en las condiciones colombianas, para que sea medianamente estable, requiere de la participación no solo de las guerrillas  y el gobierno, sino también de los diversos sectores populares que son los que están llevando todo el peso que significa la guerra prolongada por mas de 50 años. Sin embargo, esta tregua se entiende en el contexto de una guerra de clases, donde se analiza la correlación de fuerzas entre los dominados y los dominantes, entre el enemigo y las propias fuerzas como proletarios, ese es el escenario en el cual se debe decidir negociar o no con el estado.


El ELN a través de su comandante ha declarado que “Por eso no concebimos que la solución sea la desmovilización y el desarme de la insurgencia, esa fórmula ha sido ensayada y fracasada porque la esencia del conflicto es social y ello dio origen al levantamiento en armas, entonces hay que ir a las causa que lo originaron para buscar soluciones, solo así se irá a la esencia del asunto para cambiarlo y superarlo.


Desde pueblo en lucha saludamos al pueblo Colombiano en su nuevo escenario político, solidarizamos con las y los que luchan y los invitamos a estar atentos a las artimañas de los dueños del poder y la riqueza local y reafirmamos que “mientras haya miseria, habrá rebelión”.



Fuentes



COMANDANTE TIMOLEÓN JIMÉNEZ: "HEMOS ESTADO DISPUESTOS A LA BÚSQUEDA DE LA PAZ"

Primera entrevista exclusiva al Comandante Timoleón Jiménez (FARC-EP), realizada por Carlos Lozano, Director del semanario VOZ


ENTREVISTA EXCLUSIVA AL MÁXIMO COMANDANTE DEL ELN
Septiembre de 2012, Marcha

miércoles, 19 de septiembre de 2012

DEDICADO A LOS TONTOS/AS RICACHONES/AS


 
Se aproximan las elecciones y les dedicamos este temita de la vieja escuelas a los/as candidatos/as
 
 
 
 

lunes, 17 de septiembre de 2012

LOS COMBATIENTES. PARTE 2.



Continuando con la labor de memoria popular es que desde esta trinchera es que llevamos a cabo esta segunda parte de los combatientes que entregaron su vida a la causa popular concentrándonos en los años ´90 en adelante. 

Tal como dijimos en la anterior ocasión en octubre de 1991 se dio origen público al MIR-EGP corriente del mirismo que seguía enarbolando la lucha armada, mientras muchos otros de esa corriente cambiaban el rojo y negro por el amarillo traidor o se limitaban a realizar acciones simbólicas como apagar la llama de la libertad el 11 de septiembre del 92.  

En septiembre de ese 1992 el cerco represivo frente a las organizaciones armadas se estrechaba cada vez más, principalmente sobre los compañeros lautarinos que recibirían todo el rigor de los métodos de contrainteligencia llevados a cabo por socialistas, ex mapucistas y ex miristas desde la trinchera de la Oficina, la cual en muchas ocasiones tendía a confundir a las orgánicas pero no variaba su manera de actuar.

Bajo este escenario es que el MIR-EGP sufrió una importante baja. En la noche del martes 15 septiembre de 1992, hace ya 20 años, cayó Mario Vásquez Gutiérrez, “Efraín”, de 28 años. Había nacido el 14 de junio de 1964 y había sido seminarista de la Congregación de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada. Oriundo de la comuna de La Pintana, fue al igual como muchos otros a partir de su vinculación con la parroquia local donde despertó su conciencia de lucha y organización. A partir de esa comunidad juvenil y en diversas organizaciones poblacionales vio en las desigualdades sociales del sistema capitalista la imagen del cristo pobre. A los 19 años, por allá por 1983, año de protestas combativas, decide ingresar al Seminario. Allí conoció el trabajo del Movimiento contra la Tortura Sebastián Acevedo al cual se integró. En 1986 siendo aún parte de la Congregación viaja al Chaco paraguayo para trabajar con comunidades indígenas. 

Fiel al estudio, pero siempre humilde, comienza a darse cuenta que la llegada de los gobiernos concertacionistas no traían beneficios para el pueblo y esto le hace tomar una firme decisión; es en 1990 cuando se retira de la Congregación para comenzar a militar en el MIR, paralelamente a que trabaja como obrero en la construcción.

La acción en que muere “Efraín” buscaba recuperar dinero de una distribuidora de licores ubicada en 5 de abril nº 4250, que en esos días de septiembre tenía dinero en abundancia producto de las ventas de alcohol que tanto alienan a nuestro pueblo y más aún en estos días de enajenación patriotera. Para realizar esta acción en primer lugar robaron un taxi en la esquina de General Velásquez y 5 de abril en el cual se dirigieron alrededor de las 20 horas cinco combatientes con escopetas recortadas y pistolas; 3 entraron a la empresa y 2 hicieron la seguridad. Para dar cobertura de la acción, cuando los combatientes entraron a la empresa señalaron que pertenecían a policías de “narcóticos”, sin embargo el primer problema que tuvieron fue que una perra que tenían en la empresa se les tiró encima por lo que la debieron sacrificar. 

Cuando los combatientes ya habían ingresado a la oficina donde se encontraba el dinero y aprestaban a retirarse, el empresario le disparó con su revólver Taurus 38 a uno de los combatientes los que huyeron de inmediato en el mismo taxi con el herido. 

El dueño, que según vecinos del sector habría pertenecido anteriormente a la CNI, quedó de inmediato en libertad bajo el argumento de legítima defensa, cuestión que no se aplica cuando un combatiente se defiende de la represión en su población o en las calles, en su Universidad o en su puesto de trabajo.

Habría pasado casi como un hecho delictual hasta que “a través de un llamado telefónico a la agencia internacional de noticias UPI, un vocero del MIR que se identificó como Ismael Rodríguez, reveló los antecedentes de Mario Alberto Vásquez Gutiérrez, de 28 años, quien ocupaba el nombre de “Efraín” como combatiente del grupo subversivo. (…) Habría estado siete años en el seminario, donde se iba a consagrar como misionero oblato. Era el más conocido luchador social de la zona sur de Santiago. Su opción social por los pobres, lo hizo ingresar a nuestra organización (MIR) hace ya dos años, entregándose por entero a la construcción de nuestra patria popular. Nuestro compañero – agrega la declaración- llegó a ocupar tareas de dirección en la zona metropolitana, destacando su calidad humana y fraternidad en todas nuestras vías de lucha”. (reproducido en La Tercera, 17/09/1992). 

Fue así como cayó este importante luchador popular hace ya 20 años. En su honor el V Congreso del MIR de 1994 recibió el nombre de “Comandante Mario Vásquez” quien vive hoy en cada uno de los que enarbolan las banderas de la sociedad sin clases.


lunes, 10 de septiembre de 2012

11 DE SEPTIEMBRE. POSICIÓN HISTÓRICA Y MEMORIA POPULAR.



Sin duda que el proceso llevado a cabo durante el gobierno de la UP representa el más álgido de la lucha de clases en nuestro país. Tanto así que provocó la reacción más siniestra de la burguesía y el imperialismo al seno de nuestro pueblo, mientras éste daba lo mejor de sí por superar la conducción reformista de la UP que una y otra vez buscaba conciliar con la DC mientras que los trabajadores conscientes y organizados (como los de los Cordones Industriales) sabían que la alternativa era o dictadura militar o dictadura proletaria, por lo cual la situación no requería de forjar un pacto con los sectores derechistas moderados (DC), sino que prepararse de mejor manera para el enfrentamiento.

Decimos que este periodo significó el más alto desarrollo de la lucha de clases debido al avance del campo popular puesto que los explotadores siempre han tenido poder. La llegada al gobierno de la UP no fue producto de la personalidad heroica de Allende ni de otras individualidades, sino que fue un proceso prolongado de luchas iniciadas a principios del siglo XX y que representaban las ansias de revolución de todo un pueblo. Sin embargo este prolongado proceso fue conducido y dirigido por los sectores reformistas del PC y un sector del PS mientras que por otro lado eran variadas las organizaciones que pretendían radicalizar el proceso hacia el enfrentamiento inevitable (un sector del PS, el MIR, el MAPU, el PCR y otros menores). El fuerte proceso no tuvo solamente a un sector exclusivo del campo popular como participante, a pesar de que el proletariado industrial aglutinado en los Cordones Industriales fue sin duda su vanguardia; el campesinado, los estudiantes, los sectores medios, los pobladores, las JAP y las articulaciones en los Comandos Comunales, todos pusieron su grano de maíz, desarrollando la crítica y la autocrítica en el seno mismo del movimiento, superando en algunas instancias a sectores como la CUT, el PC y la UP.

Hace 40 años los Cordones Industriales pretendieron barrer el fascismo y no fueron apoyados por  los reformistas.
Tanto fue el auge popular que la reacción descargó su furia de manera brutal. Siempre el pueblo chileno había sufrido la represión, pero sin duda que lo desencadenado el 11 de septiembre fue algo distinto, tan distinto y tan brutal que provocó un escenario completamente ajeno a los intereses populares donde la explotación campea como nunca antes. Esto no quiere decir que antes de 1973 no haya habido capitalismo y explotación, pero existía un mejor escenario para las reivindicaciones del campo popular en lo objetivo y en lo subjetivo.

La dictadura dejó a las organizaciones en estado de shock, una Constitución reaccionaria hasta en su letra y a un conglomerado político (la Concerta) que tiene como función desviar las reivindicaciones de las masas. En este sentido el golpe de Estado que instauró una dictadura militar no ha terminado con su forma de explotación, puesto que la salida pactada mediante el plebiscito de 1988 instauró una dictadura civil que no ha dudado en ofrecer plomo a quienes la desafían, prueba de esto son los más de 50 luchadores populares asesinados por los gobiernos del arco iris.

La articulación de diversos sectores para oponerse a la dictadura en los años ´80s se enfrentó a la falsa dicotomía entre dictadura militar y democracia burguesa, provocando que tras la salida de Pinochet del gobierno el enfrentamiento careciera de sentido dejando a varias organizaciones sin proyecto por luchar solo por botar al tirano. Tras el falso arcoíris no hubo alegría sino bruma, traición y lacrimógena. La falta de proyecto político serio produjo una desarticulación en el campo popular durante gran parte de la década de los ´90s; no es que no haya habido orgánicas, pero ninguna adoptó una línea revolucionaria adecuada que haya servido como conducción del proceso. Los ultrones de ayer se hicieron surdos, los revolucionarios minorías y los jóvenes adscribieron al anarquismo como nunca antes en nuestra historia.

Los Comandos Comunales articularon a trabajadores, pobladores y estudiantes de una misma zona.

Durante gran parte de estas últimas 2 décadas lo que se ha impuesto es la teoría del consenso social, línea política que representa a las alianzas interburguesas o policlasistas y que en el último tiempo han adquirido una nueva modalidad mediante el llamado a la Asamblea Constituyente.

Todo esto mediante un nuevo modelo de administración del capitalismo insertado en Chile desde finales de los años ´70s llamado neoliberalismo caracterizado por el fin del Estado de Bienestar en su rol social, es decir privatización de áreas que antes eran consagradas específicamente como tareas del Estado (salud pública, educación pública, transportes, comunicaciones, etc.). Además de esto en términos de la infraestructura económica el país dejó de responder al modelo de industrialización por sustitución de importaciones (las fábricas de refrigeradores, TVs y radio, armado de automóviles, textiles, neumáticos, línea blanca, etc.) volviendo a ser un país exportador de materias primas. Esto provocó (motivado por ellos) la importante injerencia del imperialismo en el país y además la desaparición del proletariado industrial en términos relevantes para la totalidad de la clase obrera nacional. Esto produjo que el sector de la clase destinado a representar a la vanguardia del proletariado prácticamente desapareciera del país. En la actualidad gran parte del proletariado nacional se encuentra disperso en el sector terciario (servicios), a pesar de que el sector más importante para la economía es el primario (minería, forestal y pesca principalmente). Súmese a esto que la legalidad impuesta por el Código del Trabajo fue un brutal golpe a todas las reivindicaciones obtenidas por los trabajadores en un siglo de lucha y que restringe y hace burocráticas (e inofensivas) las prácticas sindicales.

Esta es la herencia del pinochetismo. Con esto debemos desenvolvernos y desarrollar la lucha de clases. Sin llantos ni lamentos, reconociendo que es la violencia la partera de la historia y no precisamente la paloma de la paz, nos reconocemos como continuadores de las prolongadas luchas populares del siglo XX y reconocemos en el discurso y en la práctica que esa herencia antipopular se combate en el ejercicio directo de las luchas del pueblo, no en remembranzas ni en el falso dilema democracia-dictadura o Concertación-Derecha.