Cuando se habla de la construcción de
una nueva hidroeléctrica en nuestro país, no hay quien públicamente salga a
defender la iniciativa puesto que a nivel general las privatizaciones están desacreditadas. De hecho ha sido una de las problemáticas que convoca a un rechazo transversal por distintos sectores de
manifestantes.
Sin embargo en Chile hace mucho
tiempo que se vende, permuta, cede o regalan nuestros recursos naturales. En
las elecciones donde resulta ganador Salvador Allende, fue de vital importancia
su postura acerca de la estatización del cobre, que efectivamente
se llevó a cabo. Luego en 1974, bajo la instalación del actual sistema
capitalista neoliberal, comienza un proceso de privatización que dura hasta
nuestros días entregando la administración a los capitales extranjeros donde dentro de
sus acuerdos se les permite concesión plena, en otras palabras es
actuar con total libertad en los terrenos, pudiendo modificar, vender o arrendar
según las necesidades de la empresa. Además de esto el “royalty” que se cobra a las
empresas explotadoras del mineral es del 5% en comparación a otros países que
este derecho alcanza entre el 20% (Perú) hasta el 38% y hablamos del producto
estrella de nuestra economía, siendo los más altos productores a nivel mundial.
Agreguemos a esto, que son estas
empresas las que utilizarán el 80% de la energía generada por la hidroeléctrica
de Aysén.
Eso con respecto al cobre pero ¿Qué
pasa con el agua? No debemos olvidar que fue durante la administración
de Frei hijo que comienza la privatización de Aguas, lográndose en un 98%, es decir un éxito total para los
poderosos y su sistema de acumulación.
Así también se puede mencionar la ley
del uso
del borde costero que concesiona por 25 años renovable dejando a un montón de caletas y, por tanto
familias de nuestra clase, sin sustento.
El problema de fondo, para el pesar
de algunos manifestantes nacidos en la espontaneidad, no es tan solo cuantas
zonas serán inundadas o cómo se daña el ecosistema, sino cómo de forma
permanente y sistemática se privatizan los recursos naturales que para un
pueblo como el nuestro son lo único que nos queda y cómo se sigue construyendo
un país en pos de los intereses de los ricos.
Esta es la forma que ha encontrado
este Estado capitalista para continuar concentrando riqueza y perpetuar a
nuestra gente en la miseria. Un ejemplo de esto son los índices sobre el
Producto Interno Bruto (PIB) que en el año 2011 arroja algo así como 6.5
millones de pesos anuales por habitante. Claramente esto no llega a nuestros
bolsillos; ¿Dónde quedó? en cuatro familias Matte, Angellini, Luksic y nuestro
ilustre presidente Piñera.
1 comentario:
a desenmascarar a los oporunistas que como Escalona hoy salen diciendo que las aguas pasen a ser propiedad del Estado cuando fueron ellos los que las vendieron.
hijos de puta concertacionistas.
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