sábado, 18 de febrero de 2012

Solidaridad de clase, un valor de la masas y la envidia de los miserables explotadores

Desde cualquier barrio popular

2012.



La Teletón, el día de la solidaridad, los innumerables Chile ayuda a Chile, son las muestras construidas por los poderosos para mostrar que la solidaridad es un valor de todas y todos los Chilenos, como si todos fuéramos iguales, Ja!. Sin embargo, hasta en algo tan “intangible” como esto,  se demuestran las verdaderas contradicciones de clases.



Los pobres bien sabemos que la solidaridad es un valor histórico al interior de nuestra clase, desde las mancomunales obreras en el norte Chile del 1900 o la tasita de azúcar del Chavo del 8, demuestran que incluso a escala continental este valor forma parte de nuestras vidas, hasta las muestras más cotidianas de apoyo y solidaridad entre nosotros.



Quiénes no hemos participado de bingos de solidaridad por aquel vecino que se encuentra enfermo en el barrio, quiénes no hemos corrido a ayudar cuando los incendios sucumben con bofetadas de fuego a nuestras humildes viviendas, quiénes no han participado en funerales masivos donde la comunidad expresa su profundo respeto y cariños a la familia afectada, quiénes no hemos colocado humildes aportes en las colectas solidarias en la población o hemos ayudado a la canasta familiar para apoyar a los que entre los necesitados más lo requieren. Cada una de estas muestras de solidaridad efectiva entre los pobres.



Estas son solo algunas de las acciones que las masitas hacen desde corazón, que demuestras que la solidaridad proletaria es un valor que nos acerca a los hombres y mujeres nuevas, como no creer que con estos mismos proletarios será con quienes luchemos por edificar la nueva sociedad.



Ellos y ellas son los que realmente merecen vivir una vida justa, digna, una vida en el socialismo, mientras los  patrones y sus secuaces disfrazan su solidaridad haciéndola mediática, nosotros en el vida real, nos apoyamos para sobrevivir al capitalismo y sus nefastas consecuencias.

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