jueves, 24 de abril de 2014

PALABRAS RESPECTO DE UN COMENTARIO QUE QUIERE SER POLÉMICA



El día lunes 21 de abril se publicó en http://fabianpuelma.wordpress.com/ lo que pretende iniciar una polémica con la izquierda del “poder popular” titulada ¿Acumular fuerzas por fuera de la lucha de clases?

A pesar de no pertenecer a ninguna de las organizaciones allí mencionadas, las que son descritas con presencia en el área estudiantil, decidimos articular estas breves palabras debido a que nos sentimos parte del campo popular que enarbola las banderas del poder popular, cuestión central en la discusión, a pesar de que en el comentario sólo se toque de pasada puesto que lo principal a nuestro entender es criticar cierta línea dentro del movimiento estudiantil.

Respecto al comentario mismo, en primer lugar, sin duda que este intento de polémica es bastante despreciativo. Despreciativo porque en tan pocas palabras y mezclando tantos argumentos pretende despacharse sin más una forma de construcción estratégica que no es sólo discurso, sino que ha tenido ejemplos prácticos de llevarse a cabo; ejemplos de construcción concreta y directa en poblaciones, fábricas y fundos, de quienes no sólo abrazaron un proyecto, sino que no dudaron en dar cara a los milicos tras el golpe en el cordón maderero Panguipulli, La Legua o Sumar. En ese sentido, se busca sólo una polémica simplista a la manera de la portada de LUN, sin tener intenciones de un debate serio.

Pasando a materia, al iniciar el primero de los 6 párrafos llama bastante la atención que Puelma School señale que representa a aquellos sectores que “sostenemos la centralidad de la clase trabajadora e impulsamos una estrategia basada en los métodos de la lucha de clases”. En ese sentido habría que considerar que los más de 7 años que lleva este boys en la Universidad de Chile (información presente en la mencionada página) son parte de los métodos de la clase trabajadora, puesto que en la institución fundacional de la república radicaría la centralidad de la clase trabajadora. Redundante es aconsejar al futuro licenciado que si es coherente con la mencionada centralidad defendida, su deber es abandonar las aulas de la casa de Bello y no hacer política desde ahí como lo ha venido haciendo durante años. Todo lo demás es discurso ramplón que busca agitar las aguas para aparentar profundidad.

Cuando intenta reducir la necesidad de “construir poder popular” al “impulso de múltiples formas de organización: colectivos estudiantiles, talleres en la población, preuniversitarios populares, boletines, asambleas territoriales, etc.”, sin duda que es algo antojadizo, pero tiene una crítica de fondo que no se expresa en la pretendida polémica y que nosotros no dejaremos de mencionar. Gran parte de las organizaciones que hablan de “construir poder popular”, piensan que haciendo un taller de niños están realizando esa construcción. De que construyen, construyen; pero construyen conciencia (no sólo lo que se hace en la fábrica es construcción, salvo que alguien sea obrerista desde la U), construyen redes, lazos y hasta… organización. Pero el tema del poder es otra cosa. En este sentido es correcta la crítica respecto de la visión subjetiva del poder que tienen muchas de estas organizaciones, que creen que el poder depende de la “consciencia y la organización del pueblo”; eso es un presupuesto de la construcción de poder, pero no es poder en sí mismo puesto que como ya se dijo hace décadas, el poder nace del fusil. Aquí radica también una de las principales críticas a la táctica del poder popular, puesto que si bien durante la UP hubieron gérmenes de poder popular, el mismo golpe demostró que se estaba bien lejos de ello, alejamiento que se produjo principalmente por la línea seguida por la CUT, el PC y la ley de control de armas que Allende lanzó para conciliar las clases, cuestión que dejó a dichos gérmenes sin capacidad de defensa cuando tuvo que enfrentarse con el poder del Estado. Para esto es vital que los sectores que reivindicamos el poder popular tengamos claridad al respecto, discutiendo las experiencia y reflexiones al respecto, desde la teoría de la dualidad de poderes de Lenin hasta los ejemplos concretos de nuestra historia.

Ahora, eso no quiere decir que quienes hablan de “poder popular” hagan perder la centralidad de la clase trabajadora, a pesar de que muchas de las organizaciones criticadas distan de compartir dicha centralidad. Una organización puede compartir la centralidad de la clase trabajadora y predicar construir poder popular cuando en realidad no lo hace, y no por eso pierde la consideración de la centralidad de la clase trabajadora.

El desprecio hacia los partidos en general, sin duda que no tiene razón de ser en este saco del señor Puelma, ya que leyendo algunas de las publicaciones de con quienes busca polemizar (revista Iniciativa Popular, por ejemplo) uno se da cuenta de que la importancia del Partido es eje de la línea política.

Siguiendo con las peras y las manzanas, se dice que esto tiene una concepción gradualista del poder, queriendo pasar gato por liebre, puesto que sabemos que el gradualismo es un calificativo de larga data y que corresponde a los sectores amarillos, en Chile representados por la UP, que se negaban a los cambios revolucionarios y preferían vías etapistas. Sin duda la participación del PTR en futuros procesos electorales dilucidará en la práctica quiénes son los gradualistas.

Ahora, respecto a la crítica a que la “acumulación de fuerzas” se encuentra fuera de los ritmos concretos de la lucha de clases y de las luchas políticas hay que distinguir. Es extraño que alguien que dice ser un acérrimo defensor de la lucha de clases plantee que hay tareas que se encuentran “fuera de la lucha de clases”; curioso el clasismo ese. Pero es certero (para algunas organizaciones)  en la crítica a las prácticas rutinarias, localistas y asistencialistas, puesto que existen organizaciones que el 2011 les pasó por delante y ni siquiera estuvieron en la calle, puesto que estaban ocupadísimos “construyendo organización revolucionaria”, como si ésta no se construyera luchando.
Cuando pasa a la coyuntura se muestra gran parte de los que subyace en panchito; decir que las organizaciones que critica “brillaron por su ausencia” en el desastre de Valparaíso sin duda que refleja las prácticas del PTR. De inmediato me imagino a estudiantes universitarios con un casco SODIMAC, que con suerte pueden llevar una pala; no porque no tengan fuerzas, convicción o solidaridad (creemos sinceramente que estas 2 últimas las tienen de sobra), sino porque en una mano llevan una bandera del PTR y en la otra una de ACR y de Pan y Rozas. De esa manera es que piensan que se está al ritmo de la lucha de clases y no se “brilla por ausencia”, sino que se brilla como en la disco o en la facu.

Si hay organizaciones que se han quedado calladas no quiere decir que no estén actuando, con esto discriminatoriamente le estaría quitando la posibilidad de actuación política a los mudos; puesto que su política se basa en sacar declaraciones hasta el hastío y en intervenir en cuanta asamblea se encuentre. Eso es más propio de un lucimiento individualista que una construcción sería y basada en la línea ideológica.

He dejado para el último punto una crítica que aparece, como la mayoría, sólo esbozada pero parece pasar colada; la referida a la organización política cerrada y clandestina (“organización revolucionaria”). Este desprecio de la ilegalidad y la actividad clandestinidad, nos da un atisbo de lo que estos sectores trotskistas entiende por una organización revolucionaria; una organización completamente legal, que discute leyes y que de esa manera hará una revolución. Ahora se entiende también porqué el trotskismo nunca ha hecho una revolución, terminan siendo ultra amarillos, despreciando el papel de la violencia en la historia (a la guerra no se juega y ésta tiene sus métodos específicos que no están en la legalidad). También se entiende el porqué el trotskismo, no estuvo en la lucha contra la dictadura, ni tampoco estuvo en los cordones industriales (ni hablar en los comandos comunales, esto sería una herejía para un obrerista, que puede estar en el movimiento estudiantil, pero no en el poblacional; vaya métodos de la lucha de clases estos) y porqué sí la consigna de aquella experiencia se articuló a partir del “luchar, crear, poder popular” y no de los mencheviques del siglo XXI. 

7 comentarios:

Manuel dijo...

Bueno compas, considero que el artículo de Puelma es correcto, pero no me voy a poner a defender lo que yo no escribí. Voy discutir lo que ustedes escriben en su texto. Voy a intentar ser sintético:

a) El poder no tiene que ver exclusivamente con el fusil. Ni siquiera es esto algo fundamental. Como dijo Moreno alguna vez: "nunca hay que poner el fusil por sobre la política". Razones:

i) Lo que existe es "lucha de clases". Esto implica que no estamos en el caso de una "guerra":

http://marxsimoanticapitalista.blogspot.com/2013/09/por-que-la-politica-en-una-sociedad-de.html

...Ni menos todavía de un guerra del "pueblo" contra la "burguesía"

(ii) La cuestión de las armas es una tarea que se resuelve en la calle frente a frente al ejército. Lo central es la "lucha por la tropa", no por crear un ejército propio (o no solamente esto -claro que se deben fomentar las milicias obreras)

(iii) Tanto la revolución rusa de octubre (noviembre de 1917) como la boliviana (1952) son ejemplos de esto último

b) El trotskysmo sí ha hecho revoluciones. Afirmar otra cosa es un error grueso:

(i) la revolución rusa nunca hubiera existido sin Trotsky y la teoría de la revolución permanente. No sólo Trotsky estuvo en la primera línea en 1905 y 1917, sino que el mismo Lenin dijo en 1917 que Trotsky estaba en lo correcto respecto de la teoría de la revolución

(ii) La revolución boliviana de 1952. La cual se perdió precisamente porque el trotskysmo existente no fue lo suficientemente consecuente con su teoría de la "revolución permanente" (le cedió el poder al MNR)

c) El trotskysmo sí estuvo en los cordones industriales. Hugo Blanco es un ejemplo de esto

d) La ilegalidad propia del guerrillerismo guevarista perdió no se cuanta "oportunidad revolucionaria" entre 1968 y 1976.

e) A ustedes compas los leo hace haaarto, y me parece que sí reivindican la revolución cubana. Una revolución que apoyaron burgueses y capitalistas cubanos (incluso yanquis). Yo prefiero revindicar otros momentos de la lucha de clases (Rusia 1917, Bolivia 1952, Hungría 1956, etc)

f) La crítica al "poder popular" más correcta tiene que ver con lo siguiente:

(i) El MIR seguía postulando alianzas antimonopolistas y no anticapitalistas en 1972. Lean el Pliego del Pueblo

(ii) El MIR no criticó al gobierno en el Pliego del Pueblo...incluso lo llamaba a integrar las instituciones que proponía crear

(iii) En el Pliego del Pueblo se menciona una vez a los cordones (y este es un texto de unas 12 carillas al menos, ¡cuyo título consigna a los cordones!)

(iv) Este desprecio por los cordones industriales, y el privilegio de los consejos comunales (que recién nacían y estaban muy en ciernes), tiene que ver con el idealismo sectario del MIR. La tarea era llamar a "todo el poder a los cordones", no querer crear otras organizaciones por el lado (porque éstas "sí las controlamos nosotros los miristas"). Lenin no se anduvo con cuentos en 1917: no buscó crear nuevas formas de autoorganización de las masas, sino que se observó lo que la materialidad le daba (los soviets, que incluso fueron fundados por el zar!!...)

g) En suma, poder popular no es lo mismo que poder obrero o poder de los explotados, y la historia de la lucha de clases lo ha mostrado:

(i) Ya vimos el ejemplo del MIR

(ii) Está el ejemplo de la revolución portuguesa, en la cual desde arriba el MFA buscó cooptar al verdadero germen de poder dual que existía en ese momento, mediante el discurso y la práctica del "poder popular"

(iii) Está el ejemplo de Cuba, en la cual el poder popular no fue otra cosa que un encuadre burocrático extremo de la clase obrera a fines de los 1970s.

Anónimo dijo...

Debate entre oportunistas. Ninguno impulsa guerra popular.
Se preocupan por ver quien es más fiel al imperialismo. Los de PTR asumiendo un trotskismo abierto y los rojinegros un trotskismo vergonzante que quiere encubrirse con la etiqueta de marxismo-leninismo.

Anónimo dijo...

ese es el problema de intentar hacer debates.
en un caso se cree que es un debate sobre historia, donde se muestras muchos ejemplos y se ocultan muchos más, mientras que en otros se encasilla sin ni siquiera mencionar argumentos, creyendo en que las etiquetas manualísticas son criterios de verdad.

que lejos estamos de Iskra o Pradva.

Anónimo dijo...

¿fue trotskista la revolución rusa?
hay que ser muy patuos

Manuel dijo...

No me diga que la revolución rusa fue maoísta o castrista ...Trotsky fue fundamental en la revolución rusa de octubre de 1917 (en todos sus aspectos): organizativo de clase (presidente del soviet de petrogrado), práctico (planificación de la insurrección), teórico (teoría de la revolución permanente a la cual Lenin sólo llega en 1917), organizativo-partidario (bolchevique insurreccional calado junto a Lenin).

Además, siendo el trotskysmo la única corriente de clase coherente dentro del marxismo (no así el maoísmo de la revolución de las cuatro clases, o el castrismo de la revolución nacional desarrollista apoyada por capitalistas y burgueses), es de perogrullo que la revolución rusa fue trotskysta. Ya que ha sido casi la única revolución obrera comunista, ergo, consecuentemente clasista.

Las revoluciones que ha hecho el maoísmo no fueron "de clase" (con hegemonía, dirección y base social de los explotados). Esto es así para la China de 1949, para la Cuba de 1959, para Nicaragua de 1979, para el vietnam de los 1960s-1970s.

La revolución rusa fue comunista (y de clase) por su orientación teórico-práctica, en tanto se basó en la revolución permanente. Esta noción la desarrollaron Marx y Engels en 1850, basándose en sus experiencias (en la barricadas junto a los obreros) durante la insurrección de la Alemania sajona de esos años. En tanto el trotskysmo es y será siempre revolución permanente + programa de transición (dos caras de una misma moneda), el mismo es comunista y así fue fundamental en la revolución rusa.

Anónimo dijo...

si va a tirar diatribas exclusivamente históricas hágalo completo diciendo:
- que Trotsky gran parte de su vida fue menchevique, y la revolución que yo sepa fue hecha por los bolcheviques.
- que criticó desde diversas posturas, cual de todas más ambiguas, la teoría del partido de Lenin, dando muestra de su individualismo burgués.
- que votó en contra de la insurrección (una vez que oportunistamente se convirtió en bolchevique), por lo que según él todavía estarían esperando para pasar a la ofensiva.
- no venga con cosas, la revolución rusa fue bolchevique y su figura principal (a pesar de que la revolución la hacen las masas)fue Lenin. No hagamos del arroz graneado el centro de la cena.
- Ahora bien, su despotricamiento contra otras experiencias refleja que para usted como para gran parte del trotskismo, la revolución es algo de palabra que se lleva en los labios más que en la práctica, puesto que como nunca han conducido una revolución critican desde el buro, siendo que lo único coherente ha sido la alianza de algunos sectores trotskos con movimiento castro-guevaristas los cuales terminaron rompiendo con la IV internacional precisamente debido a que el tema de la violencia les da miedo, porque piensan en revoluciones blanduchas, le temen a ejercer la violencia y el poder y caen en un obrerismo de manual (y construido en las universidades más encima).
Siga viendo como la lucha de clases le pasa frente a sus narices, mientras practica su entrismo legalista, el PS está recibiendo nuevos trotskistas para aumentar sus filas. Aproveche ya.

Manuel dijo...

igamos en el diálogo de sordos. La cuestión podría ser larguísima, así que voy resumir en lo que sigue:

(i) ¿Responde usted a algunas de las críticas que realizo a la cuestión del poder popular o del castro-guevarismo?
No. En ningún punto. No lo hace porque no puede (no existen argumentos históricos que yo sepa)

(ii) ¿Presenta usted algún dato nuevo que merezca la pena refutar?

No. Claro, Trotsky fue menchevique, y siendo menchevique desarrolló la teoría de la revolución permanente, concibió una crítica no descaminada de la teoría del partido de Lenin, así como también elaboró buenos escritos criticando el "terror individual" (caro a algunos catro-guevaristas) y enfatizando en la necesidad de la organización de la clase.

Igualmente, podríamos decir que Marx apoyó a fracciones burguesas en la revolución alemana de los 1840s y que Lenin tenía una teoría etapista de la revolución hasta 1917. Se podría seguir con varios más...

Lo fundamental es que la lucha de clases no debe personalizarse. Trotsky, Lenin y Marx pudieron equivocarse en varias ocasiones; lo importante es reconocerlo y quedarse con los principios y las tesis sustantivas que éstos desarrollan (e.g. teoría de las clases, revolución permanente, teoría del valor, etc)

(iii) ¿La revolución la hacen las masas? Difiero. La hacen las clases. Y esto no es academicismo, como demuestra la misma historia de las insurrecciones del siglo XX

(iv) No soy un trotskysta recalcitrante, pero sí creo que ésta es la corriente marxista que más vale la pena reivindicar. No soy "revolucionario" (como lo fueron Guevara, Castro, Ortega, Chávez, etc). Soy comunista, clasista y marxista. Anticapitalista. Igualitarista. Pero no tengo nada en común con estos autodenonimados revolucionarios.

(v) Ataques personales no los respondo. Sin embargo, le aclaro, no tengo título universitario ni soy universitario. Pero lo fundamental no es esto. Lo esencial es que el trotskysmo sí ha sido y es una corriente obrera genuina (Humberto Valenzuela en Chile hasta 1977, los forestales en Chile en los 1980s, hoy los cabros del PTS en argentina, los obreros de huanuni en Bolivia, etc). En cambio, el castro-guevarismo se autodefine como "no obrero" y su base social fundamental siempre ha tenido (y tiene) extracción burguesa.

se despide abiertamente manuel salgado, ante quien no se digna siquiera dar un nombre falso.