jueves, 24 de noviembre de 2011

Semanario “Cambio 21”. La insensatez de la Concerta en el actual escenario político nacional.

El semanario Cambio 21 es el medio de prensa por el cual se difunde la visión y expectativas de la agonizante Concertación de Partidos por la Democracia, coalición política creada a finales del régimen militar con el objetivo de liderar la transición hacia un régimen democrático “protegido” y con fuerte matiz institucional autoritario.
Uno de los principales objetivos de este periódico, es el reposicionamiento de esta coalición dentro del escenario político nacional, haciendo frente a los malos resultados en las diferentes encuestas (CEP, ADIMARK, CERC) que constantemente demuestran el descenso en la popularidad y apoyo ciudadano a este traidor sector de la política burguesa chilena[1].
En este sentido, no es extraño ver semana a semana en este pasquín, como se presentan extensas entrevistas a los personeros más emblemáticos de este sector (Andrés Zaldívar, Ricardo Lagos Weber, Carolina Tohá, etc.), manifestando visiones añejas que rememoran la fortaleza de su pasado hegemónico noventero, junto a las recurrentes autocríticas oportunistas por haber hecho poco o nada por los sectores populares durante los más de veinte años que tuvieron las riendas del gobierno en sus manos.
Un claro ejemplo del punto anterior, es el artículo “El día en que llegó la alegría”, publicado en la semana del 21 al 27 de septiembre de 2011, en el que se relata el proceso de gesta de la campaña del NO, cuando el 5 de octubre de 1988 logra la victoria en el plebiscito que puso fin a la tiranía de Pinochet. Presenta un fuerte foco en la campaña televisiva planteando que su gran aporte a la transición fue el de servir para que todos los chilenos se sintieran involucrados en el mismo proceso, ya que pudo ser vista en todo el territorio nacional, cosa que no lograban las concentraciones ni las manifestaciones marginadas de los medios de comunicación controlados por la dictadura. Claramente este artículo presenta un marcado perfil apologético hacia los militantes concertacionista que participaron y gestionaron dicho espacio, pero no muestra el lado oscuro de los ex partidos políticos de izquierda (el PS y el partido instrumental PPD) de la época cuando a puertas cerradas transaban sus propuestas (fin a la Constitución, fin a la UF, fin al sistema binominal, etc.) con autoridades del régimen militar y gustosamente se hacían cargo de montar aparatos de inteligencias que suplantaban a la DINA y la CNI.
Paralelamente, se muestran entre sus artículos del bloque político y nacional constantes críticas hacia la gestión del gobierno piñerista, tanto como a la crisis o fracturas experimentadas durante el último periodo por el bloque oficialista RN-UDI. De igual forma y sobre todo en el bloque nacional, que en el último periodo ha estado marcado por el conflicto estudiantil, este semanario ha buscado insistentemente posicionar a los presidentes o voceros de los partidos políticos concertacionistas y a los presidentes de sus juventudes, como agentes defensores de los intereses estudiantiles. Realidad bastante extraña para muchos de los estudiantes organizados y populares, quienes desde hace algunas décadas hemos visto como estos mismos partidos y caudillos populistas lucharon incansablemente por bajar tomas y fragmentar la fuerza política de dicho movimiento social.
Desde las humilde páginas de Pueblo en lucha, debemos hacer patente estas intenciones amarillezcas y revisionistas por parte de la Concerta y de los partidos políticos que conforman la llamada izquierda parlamentaria chilena; debemos visibilizar nuestra rabia al no sentirnos identificados por sus líderes ni sus militantes, pero antes que todo, debemos tener claro que el tiempo de ellos ya pasó y que ha llegado un nuevo tiempo, en el que los sectores populares van ganando cada vez más conciencia de su condición y están tomando el poder en sus manos organizándose en sus territorios. Es esto lo que atemoriza a la clásica politiquería burguesa concertacionista, el miedo a perder el poder que mediante pactos silenciosos han alternado con la derecha durante toda la historia de nuestro país y que hoy pretenden retomar. Este es también el origen y el fin de Cambio 21.

¡¡¡CAMBIO 21, UNA PROPUESTA POLÍTICA PARA QUE TODO SIGA IGUAL!!!


[1] Señalamos como traidor a este conglomerado no porque haya traicionado a los sectores populares organizados ni a los más consientes del periodo, puesto que éstos nunca le creyeron, sino porque traicionaron a los sectores titubeantes que vieron que ella representaba a la “izquierda”. Mientras algunos como Gabriel Salazar reconoce que “celebramos a todo trapo la victoria del NO a Pinochet en el plebiscito, pero eso nos encegueció. Fue en medio de esa alegría que la Concertación nos traicionó” (El Ciudadano, nº 110, segunda quincena de septiembre 2011) otros —los revolucionarios— caían bajo el plomo de la Concerta puesto que no se tragaron su falsa democracia que a lo lejos se veía que era un gobierno de y para la burguesía y los imperialistas.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Lucha de liberación en Puerto Rico.


En el siguiente video del tema "Querido FBI" de Calle 13 se denuncia del asesinato de Filiberto Ojeda Ríos en 2005, líder del Ejército Popular Boricua de Puerto Rico conocido como los "Macheteros". Esta organización lucha por la liberación de la dominación que ejerce el imperialismo nortemaericano sobre la isla de Puerto Rico impidiéndoles alcanzar una verdadera independencia, cuestión que al sur del continente ni siquiera se conoce puesto que nos pintan la historia como que los puerto riqueños están completamente a gusto con la dominación imperialista y que los boricuas sería reggetoneros lumpenescos.
El Ejército Popular Boricua ha llevado adelante una táctica de acciones rurales en Puerto Rica y operaciones de guerrilla urbana en los EE.UU. desde los años ´70s.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Rescate y caída de Marco Ariel Antonioletti. A la denuncia de los oportunistas de hoy y ayer.



         Hoy 14 de noviembre, se cumplen 21 años del rescate del joven combatiente Marco Ariel Antonioletti (de 21 años) desde el Hospital Sotero del Río en Puente Alto. Este militante del Movimiento Juvenil Lautaro (MJL) que había sido dirigente de la Federación de Estudiantes Secundarios (FESES) a partir del liderazgo demostrado en el Liceo Gabriela Mistral (A-15 de Independencia). Ingresó al Lautaro a mediados de 1986 mediante la estructura secundaria de éste. Uno de sus compañeros de liceo lo recuerda como “el weichafe más lindo y genuino que tuve la oportunidad de conocer y que lamentablemente asesinaron en democracia. Era buen alumno, alegre, súper corto de vista”[1].
Fue apresado por la CNI a fines de 1989 en la ciudad de Coquimbo. Por esa fecha la CNI, meses antes de desaparecer, llevó a cabo un fuerte golpe contra el Lautaro (12 detenciones) que hasta el momento no había recibido grandes bajas en su accionar irreverente y subversivo.
            Como decíamos, el 26 de octubre de 1989 fue interceptado Antonioletti en el puerto de Coquimbo (donde había pasado a formar parte del Regional La Serena-Coquimbo) por una camioneta en la que iban 4 civiles armados. Fue torturado salvajemente en el sitio conocido como La Pampilla, desde donde lo conducen a Santiago, donde Carabineros lo continua interrogando y torturando. Producto de estas torturas es que le provocaron un desprendimiento de retina en su ojo, por lo cual debió recibir recurrentemente asistencia médica. Tras un año de estar en la desaparecida Cárcel Pública las visitas semanales rutinarias al servicio de oftalmología siguieron siendo necesarias, por eso una camioneta de Gendarmería con 5 ocupantes lo había llevado en la tarde de ese miércoles 14 de noviembre al Sótero.
Ante esta situación el MJL realizó una de sus acciones más simbólicas e históricas (junto a las recuperaciones en las farmacias y las posteriores distribuciones de condones entre las ardientes masas juveniles) cuando decidió abrirse paso en medio de la atención médica que recibía Antonioletti, a eso de las 14:45 horas, se desplegaron numerosos cuadros del Lautaro que planificadamente lograron reducir a los funcionarios en el Hospital. Sin embargo, carabineros presentes en el lugar se resistieron a la reducción y se inició un enfrentamiento en que cayeron abatidos 4 gendarmes y un carabinero.
Cuando el grupo de lautaristas se retiraba dando cumplimiento a esta acción de recuperación humana una valiente combatiente lautarista es herida en un balazo como acostumbran a dar los perros de la ley, por la espalda. Marcela Rodríguez igual logra abordar uno de los automóviles, pero la precariedad de la infraestructura logística obligó a sus compañeros a abandonarla para que pudiera recibir asistencia médica y salvar su vida.
Algunos dicen que ella era la única persona que conocía el lugar exacto donde se encontraba la casa de seguridad donde se refugiaría Antonioletti, por lo que no pudieron llevarla allí. Sin embargo, también es probable que otros lautaristas hayan conocido el lugar pero como sabían que Marcela sería apresada y sometida a torturas era probable que lograran quebrarla y pusiera en peligro en lugar; por todo esto es que en definitiva el refugio debió ser improvisado, por lo que la operación no pudo ser asegurada.
Marco Ariel Antonioletti termina “refugiándose” en la casa de Juan Carvajal (en la fotografía de la derecha), quien era el esposo de una prima de un militante del MJL y periodista acérrimo concertacionista (trabajaba en Fortín Mapocho en esos días, pero tras esta operación seróa premiado contratándolo en la Secretaría General de Gobierno). En principios este tipo se niega a recibir a Marco, pero lamentablemente termina aceptando. Por qué decimos esto. Porque de inmediato se contacta con su amigo Ricardo Solari (camaradas del PS) quien informa directamente a Belisario Velasco (subsecretario de Interior de esos días) y delata lo que ocurre. En la noche del día siguiente (15 de noviembre) un fuerte cerco policial se deja caer sobre la Villa Japón, pasada la media noche cae asesinado a quemaropa por las fuerzas de la policía de Investigaciones (según los peritajes, todas las balas halladas en el lugar provienen desde el exterior). No existió enfrentamiento alguno, la única herida fue la mortal, por lo que el certero disparo en la frente de Marco debe haber sido provocado mientras dormía.
A la luz de los años podemos juzgar sin grandes reflexiones que la operación fue un fracaso. No en el aspecto práctico de la acción sino en el del aseguramiento. Factor no menos vital puesto que provocó que el accionar, la caída de Marcela y toda la planificación no sirviera para nada puesto que se le entregó el rescatado nuevamente a los custodios devenidos en asesinos. Sin embargo, la acción del rescate marcó el asenso de las acciones combativas del MJL y el símbolo de que había un puñado de cabros rebeldes que no se tragaban eso de la llegada de la “democracia”. Pero al mismo tiempo marcó el recrudecimiento de la reacción antipopular que hasta el día de hoy tiene imborrables recuerdos como la “masacre de Apoquindo”.
Para justificar la acción Gabriel Valdés, el demócrata por excelencia, el finado príncipe DC, señaló a la prensa de la época estas humanitas y cristianas palabras: “el que a hierro mata, a hierro muere”. Es hora que el pueblo las comprenda y el caso de Marco Antonioletti no olvida de que la política es una extensión de la guerra por otros medios y que en la actual sociedad la historia se desenvuelve en una violenta lucha de clases.

A 21 años de la caída de Marco Ariel Antonioletti su recuerdo se hace carne en toda la nueva camada de jóvenes combatientes que no se tragan esta falsa democracia ni sus libertades de cartón. 


[1] Germán Carrasco, «A tomarse Providencia», en Revista Punto Final, año 46, nº 745, edición del 28 de octubre al 10 de noviembre de 2011, p. 11.