lunes, 20 de febrero de 2012

Aysén. Frío viento de la tormenta popular que se avecina.


Para todos es sabido que el tremendo movimiento de masas desarrollado el 2011 por el campo popular chileno fue histórico y sin duda dejará imborrables experiencias y aprendizajes para el pueblo. Pero tras este auge del movimiento de masas sin duda que uno de los aspectos más preocupantes es poder sostener ese nivel de movilización.

Si los sectores explotadores de nuestro país gozaban de sus vacaciones confiados en que la tormenta del 2011 difícilmente podría volver a desarrollar la misma fuerza, los vientos que soplan desde la región de Aysén (XI) demuestran que el vendaval de protesta popular está lejos de apagarse. Es más, se debe recordar que la chispa de movilización popular fue encendida el año pasado por el levantamiento popular de los habitantes de Magallanes (XII Región) y que las similitudes de hoy no son pocas. Entre las falencias que tuvo el movimiento magallánico se encontraban que no tenía mucha articulación con el resto del país y que no eran lideradas bajo una conducción popular y de clase. Los llamados de la CONFECH y otros sectores contribuyen bastante a superar el escollo de la articulación y la solidaridad de clase (como la marcha de hoy lunes 20 en Santiago), pero en cuanto a la conducción popular es donde se encuentra la principal barrera a superar, barrera que es común al resto del movimiento de masas que sacude al país donde seguimos viendo desarticulación y a liderazgos antipopulares e identificados con el enemigo más que con el pueblo, como el sector del sindicalismo concertacionista (Esteban Maturana de la Confusam o la alcaldes PS de Aysén Marisol Martínez, por ejemplo) que trata de hegemonizar el apoyo al movimiento aysenino.

Los hechos

Cuando Pinochet construyó la llamada Carretera Austral para unir al desunido país, jamás se imaginó que algún día ésta sería cortada en innumerables sectores por protestas populares. Fueron los pescadores artesanales de Puerto Aysén los que en la madrugada del día 14 de febrero (un día antes del paro nacional de trabajadores portuarios) cortaron la ruta 240 Aysén/Chacabuco, lo que dio inició a masivas manifestaciones que se extendieron a Coyhaique; Melinka donde los pescadores artesanales se tomaron el aeródromo (pero llegaron a un acuerdo con las autoridades el jueves pasado) y Quellón. Al día siguiente la pequeña burguesía de Aysén (la Cámara de Comercio Local) se plegó al movimiento. Quienes también respondieron rápidamente a las movilizaciones fue como de costumbre la represión que no se hizo esperar, con más de 60 heridos entre ellos varios policías y un trabajador que recibió un perdigón en su ojo derecho por parte de la represión antipopular. El Estado ha recurrido a los procesamientos de los detenidos y ya amenaza con su herramienta especial la Ley Antiterrorista, cuestión que al aprecer será común este 2012.

La ciudad de Coyhaique (capital regional con 50 mil habitantes )ha vuelto a ser despejada por la fuerte represión del copamiento policial, mientras que las barricadas persisten:
  • en la ribera sur de Puerto Chacabuco;
  • en Mañihuales por el norte (por parte de campesinos);
  • en el ingreso a Puerto Cisnes el tránsito está cortado por un bloqueo en la ruta de la Carretera Austral, puerto donde también se ha ocupado el muelle;
  • el camino a Puerto Aysén en el kilómetro 8 el camino está tomado al igual que los caminos a Caleta Andrade (con toma del muelle y del aeródromo) y Puerto Aguirre (con toma del aeródromo).
  • También se encuentran bloqueados los accesos de entrada y salida a Puyuhuapi, y a la altura del puente Rosselot en el acceso a la localidad de La Junta en el norte de la región.


La región menos densamente poblada (sólo tiene 100 mil habitantes) cuenta con innumerables cortes de rutas marítimas y terrestres a pesar de que sean pequeños los poblados, lo que demuestra el relativo peso que el Estado tiene en esta zona, no comparable a otras zonas del país. Como vemos la mayoría de las tomas se han multiplicado en los muelles, caletas y puertos de la región puesto que es precisamente esa la principal vía de comunicación histórica de los ayseninos.
Los gremios del transporte (camioneros y colectivos) también se sumaron a las demandas del movimiento quienes en una asamblea realizada con más de 100 dirigentes de diversas organizaciones sociales, productivas, estudiantiles y de trabajadores reafirmaron los 11 puntos del petitorio.

El día viernes en Chile Chico alrededor de 200 personas (de un total de 4 mil que allí viven) y decenas de vehículos se congregaron en esa pequeña localidad alejada del centro de poder del país, bloqueando los accesos a la localidad y  a la minera Cerro Bayo. Mientras en Cochrane  comienzan los preparativos para sumarse a las movilizaciones, con lo cual las movilizaciones ya adquieren las características de un levantamiento a nivel regional.
El masivo apoyo a todos estos cortes de ruta y tomas de camino se vio en la marcha del día de ayer domingo 19 de febrero cuando más de 2 mil personas se congregaron en Puerto Aysén.
Con 6 días de movilización el desabastecimiento comienza a aparecer en algunos productos como el vital combustible y el sector industrial preciona al gobierno el cual pretende negociar solo si se bajan las movilizaciones.

Las demandas.

El Movimiento Social por la región de Aysén ha levantado un petitorio que incluye la solución al alto costo de los combustibles, salud de calidad, equidad laboral, sueldo regionalizado, plebiscitos vinculantes en torno a temas como la instalación de represas, regionalización de los recursos naturales, rebaja en el costo de la canasta familiar, rutas de acceso para los pequeños y medianos campesinos, entre otras (en total son 11 puntos). Al respecto el gobierno ha señalado que muchas de esas demandas se encuentran contenidas en su llamado Plan Aysén y estudiarán cuáles otras se pueden incluir siempre y cuando se detengan los cortes de rutas y movilizaciones.

Estas demandas fueron presentadas a inicios de febrero a la Intendenta Pilar Cuevas, la que no dio ninguna solución. El jueves pasado llegó a la zona el Subsecretario de Gobierno, Rodrigo Ubilla a hacer tiempo y tirar voladores de luces. A la salida de la reunión que era rodeada por cientos de manifestantes Ubilla señaló que las movilizaciones estaban politizadas y estaban coordinadas desde Santiago, mientras por toda la región el humo negro, los cacerolazos y las barricadas no dejaban de hacer presencia.

Ajena a la colonización española, esta región recién fue comenzada a ocupar por el Estado chileno a fines del siglo XIX. Esta región ganadera se encuentra hoy conviviendo con una creciente industria del turismo, forestal, minera y del salmón que pocas migajas le deja a los trabajadores y el pueblo que construyen su riqueza. Es allí donde radica la causal de este levantamiento que tiene ya como antecedente el no cumplimiento de las promesas que se le hizo al levantamiento de Magallanes el año pasado y que desde Calama ya quieren volver a repetir.
Sin embargo el campo popular no puede descuidar la lucha de ideas, lucha política e ideológica. Los oportunistas de hoy y de ayer se frotan las manos sacando cuentas de que todo este descontento se ha estado encausando en contra de Piñera y su gobierno lo que traería como resultado que cualquier movilización vendría a contribuir a la campaña de Bachelet, aquella silenciosa candidata que viene siendo la salvadora de aquella triunfante coalición política llamada Concertación.

El apoyo a las movilizaciones en Aysén no debe dejar atrás este último punto, puesto que sabemos que este gobierno ni tampoco uno de Bachelet darán respuesta a los verdaderos intereses del pueblo pobre y de la clase explotada, la cual a pesar de no tener una conducción revolucionaria y clasista ya ha entendido que los únicos medios con cuenta para conseguir sus demandas no están en las urnas electorales sino en la lucha y la organización popular. 

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