lunes, 10 de septiembre de 2012

11 DE SEPTIEMBRE. POSICIÓN HISTÓRICA Y MEMORIA POPULAR.



Sin duda que el proceso llevado a cabo durante el gobierno de la UP representa el más álgido de la lucha de clases en nuestro país. Tanto así que provocó la reacción más siniestra de la burguesía y el imperialismo al seno de nuestro pueblo, mientras éste daba lo mejor de sí por superar la conducción reformista de la UP que una y otra vez buscaba conciliar con la DC mientras que los trabajadores conscientes y organizados (como los de los Cordones Industriales) sabían que la alternativa era o dictadura militar o dictadura proletaria, por lo cual la situación no requería de forjar un pacto con los sectores derechistas moderados (DC), sino que prepararse de mejor manera para el enfrentamiento.

Decimos que este periodo significó el más alto desarrollo de la lucha de clases debido al avance del campo popular puesto que los explotadores siempre han tenido poder. La llegada al gobierno de la UP no fue producto de la personalidad heroica de Allende ni de otras individualidades, sino que fue un proceso prolongado de luchas iniciadas a principios del siglo XX y que representaban las ansias de revolución de todo un pueblo. Sin embargo este prolongado proceso fue conducido y dirigido por los sectores reformistas del PC y un sector del PS mientras que por otro lado eran variadas las organizaciones que pretendían radicalizar el proceso hacia el enfrentamiento inevitable (un sector del PS, el MIR, el MAPU, el PCR y otros menores). El fuerte proceso no tuvo solamente a un sector exclusivo del campo popular como participante, a pesar de que el proletariado industrial aglutinado en los Cordones Industriales fue sin duda su vanguardia; el campesinado, los estudiantes, los sectores medios, los pobladores, las JAP y las articulaciones en los Comandos Comunales, todos pusieron su grano de maíz, desarrollando la crítica y la autocrítica en el seno mismo del movimiento, superando en algunas instancias a sectores como la CUT, el PC y la UP.

Hace 40 años los Cordones Industriales pretendieron barrer el fascismo y no fueron apoyados por  los reformistas.
Tanto fue el auge popular que la reacción descargó su furia de manera brutal. Siempre el pueblo chileno había sufrido la represión, pero sin duda que lo desencadenado el 11 de septiembre fue algo distinto, tan distinto y tan brutal que provocó un escenario completamente ajeno a los intereses populares donde la explotación campea como nunca antes. Esto no quiere decir que antes de 1973 no haya habido capitalismo y explotación, pero existía un mejor escenario para las reivindicaciones del campo popular en lo objetivo y en lo subjetivo.

La dictadura dejó a las organizaciones en estado de shock, una Constitución reaccionaria hasta en su letra y a un conglomerado político (la Concerta) que tiene como función desviar las reivindicaciones de las masas. En este sentido el golpe de Estado que instauró una dictadura militar no ha terminado con su forma de explotación, puesto que la salida pactada mediante el plebiscito de 1988 instauró una dictadura civil que no ha dudado en ofrecer plomo a quienes la desafían, prueba de esto son los más de 50 luchadores populares asesinados por los gobiernos del arco iris.

La articulación de diversos sectores para oponerse a la dictadura en los años ´80s se enfrentó a la falsa dicotomía entre dictadura militar y democracia burguesa, provocando que tras la salida de Pinochet del gobierno el enfrentamiento careciera de sentido dejando a varias organizaciones sin proyecto por luchar solo por botar al tirano. Tras el falso arcoíris no hubo alegría sino bruma, traición y lacrimógena. La falta de proyecto político serio produjo una desarticulación en el campo popular durante gran parte de la década de los ´90s; no es que no haya habido orgánicas, pero ninguna adoptó una línea revolucionaria adecuada que haya servido como conducción del proceso. Los ultrones de ayer se hicieron surdos, los revolucionarios minorías y los jóvenes adscribieron al anarquismo como nunca antes en nuestra historia.

Los Comandos Comunales articularon a trabajadores, pobladores y estudiantes de una misma zona.

Durante gran parte de estas últimas 2 décadas lo que se ha impuesto es la teoría del consenso social, línea política que representa a las alianzas interburguesas o policlasistas y que en el último tiempo han adquirido una nueva modalidad mediante el llamado a la Asamblea Constituyente.

Todo esto mediante un nuevo modelo de administración del capitalismo insertado en Chile desde finales de los años ´70s llamado neoliberalismo caracterizado por el fin del Estado de Bienestar en su rol social, es decir privatización de áreas que antes eran consagradas específicamente como tareas del Estado (salud pública, educación pública, transportes, comunicaciones, etc.). Además de esto en términos de la infraestructura económica el país dejó de responder al modelo de industrialización por sustitución de importaciones (las fábricas de refrigeradores, TVs y radio, armado de automóviles, textiles, neumáticos, línea blanca, etc.) volviendo a ser un país exportador de materias primas. Esto provocó (motivado por ellos) la importante injerencia del imperialismo en el país y además la desaparición del proletariado industrial en términos relevantes para la totalidad de la clase obrera nacional. Esto produjo que el sector de la clase destinado a representar a la vanguardia del proletariado prácticamente desapareciera del país. En la actualidad gran parte del proletariado nacional se encuentra disperso en el sector terciario (servicios), a pesar de que el sector más importante para la economía es el primario (minería, forestal y pesca principalmente). Súmese a esto que la legalidad impuesta por el Código del Trabajo fue un brutal golpe a todas las reivindicaciones obtenidas por los trabajadores en un siglo de lucha y que restringe y hace burocráticas (e inofensivas) las prácticas sindicales.

Esta es la herencia del pinochetismo. Con esto debemos desenvolvernos y desarrollar la lucha de clases. Sin llantos ni lamentos, reconociendo que es la violencia la partera de la historia y no precisamente la paloma de la paz, nos reconocemos como continuadores de las prolongadas luchas populares del siglo XX y reconocemos en el discurso y en la práctica que esa herencia antipopular se combate en el ejercicio directo de las luchas del pueblo, no en remembranzas ni en el falso dilema democracia-dictadura o Concertación-Derecha.

1 comentario:

Anónimo dijo...

trabajadores estudiantes y pobladores..
adelante. adelante con todas las fuerzas de la historia.

la flaca
v region