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días cumplirá la huelga de los trabajadores de Monserrat sin una respuesta por
parte de los explotadores dueños de la cadena de supermercados. Este conflicto
ha ido en forma ascendente. En estos momentos, los operadores del supermercado
se encuentran realizando una ocupación a las riveras del río Mapocho, apoyados
por los distintos sindicatos que han asumido un rol activo en la defensa de los
intereses de los trabajadores.
La
huelga, ha presentado diversos problemas que denotan y van dejando lecciones
para el movimiento de los trabajadores. La primera, la necesidad de sobrepasar
la legalidad que permiten las leyes, y que la única forma de hacerle daño a
quienes detentan el poder económico es a través de la paralización total de las
actividades productivas. Para esto, es imperioso sistematizar formas y métodos
de lucha, que históricamente han sido parte de la clase trabajadora. Segundo,
unidad en la acción; una de las principales debilidades de la huelga es que no
llegó en posición de fuerza con la empresa, ¿Por qué? Esto porque, antes de
ellos negociaron otros dos sindicatos. Es hora de que nosotros los
trabajadores, entendamos que la única forma de ganarles a la patronal es que
seamos unidos, que comprendamos que la unificación de sindicatos, es esencial
para las luchas que queramos dar. Un ejemplo claro, es el sindicato de JUMBO,
que es uno solo y que por tanto tiene mayor capacidad de acción. Tercero,
vinculación con la población y unidades territoriales. Las luchas de los
trabajadores, son las luchas del pueblo en su conjunto y es deber del campo
popular articularse en estas luchas. Claras luces de esto lo han dado
Estudiantes y Trabajadores, paralizando y dando gestos de apoyo. Estas acciones
e instancias deben multiplicarse y sistematizarse. El desarrollo de las fuerzas
populares en conjunto es imprescindible. Además es importante agregar que la
organización sindical debe mantener siempre el ánimo y la moral arriba de los
trabajadores, a pesar de las prácticas anti-sindicales, realizadas por el
empresario. En este caso, por ejemplo el dueño del supermercado, despidió a una
serie de trabajadores por adherirse a la huelga. Esto demuestra la clara desesperación
en la que caen, cuando se enfrentan a la fuerza de los trabajadores. Como
último punto, recalcar lo que se viene diciendo hace rato. La necesidad de la
organización revolucionaria que sea capaz de guiar las luchas de los
trabajadores y coordinarlas es cada vez más imperiosa.
Es
importante que comprendamos, que las huelgas tal como lo dijo Lenin son
“escuelas de guerra, escuela en la que los obreros aprenden a librar la
guerra contra sus enemigos, por la emancipación de todo el pueblo, de todos los
trabajadores, del yugo de los funcionarios y del yugo del capital”. Y como
escuelas, debemos aprender a ganar y perder; pero por sobre todo analizar
nuestros errores y superarlos.
Es
de esperar que los trabajadores ganen sus posiciones y reivindicaciones, que la
lucha salga bien y que los empresarios junten miedo al ver que la fuerza de los
trabajadores unidos es más fuerte que la fuerza de su dinero.
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