lunes, 28 de enero de 2013

LOS COMBATIENTES. PARTE 4. LA IMPRONTA DEL LAUTARO: JUVENIL Y POPULAR.



Las entregas que hemos venido realizando sobre memoria popular que hemos denominado los combatientes busca rescatar la memoria popular de numerosos combatientes de nuestro pueblo que han dado la lucha por la construcción de una sociedad sin clases desde la llegada de los gobiernos concertacionistas en adelante.
En esta entrega nº 4 buscaremos desarrollar brevemente algunas de las principales características del Complejo Partidario Mapu-Lautaro que si bien es cierto nació en 1982 tuvo su desarrollo y accionar más recordado en los primeros años de los ´90.


Su organización.
Sin duda analizar al Lautaro aporta variadas reflexiones al campo rebelde y popular. En primer lugar al analizar su estructura, la cual a pesar de que algunos pretendan darle exclusividad, originalidad o exotismo se articulaba a partir del Partido MAPU-Lautaro (complejo partidario) que tenía al Movimiento Juvenil Lautaro (MJL) como órgano principal de masas (reclutando jóvenes poblacionales y secundarios principalmente) y las Fuerzas Rebeldes y Populares Lautaro (FRPL) que vendrían a ser el referente militar subordinado al Partido, encargadas de la recuperación de recursos, la defensa del Secretariado General y de las acciones militares de mayores envergaduras (nacieron el 5 de octubre de 1987, justo un año antes del plebiscito SI-NO, fecha que busca homenajear a Horacio, militantes del MAPU que cayó en la guerrilla de El Salvador en 1981; “Horacio” además se llamaron las armas artesanales que construyó el Lautaro). Hasta antes de 1988 fue el MJL el que mayores avances tuvo al ser la cantera de numerosos militantes en su mayoría jóvenes y populares, pero desde ese año, como veremos, la centralidad será traspasada a las FRPL las cuales en su origen eran unas dos escuadras, más una fuerza central que dependía directamente de la Comisión Política.

La Estrategia Militar.
En el III Congreso del MAPU-Lautaro se dejó establecido lo que era la Guerra Insurreccional de Masas (GIM), que ya se había declarado, la que consistía en una “guerra de todo el pueblo” (Ver Partido MAPU-Lautaro, “Conferencia Nacional Militar. III Congreso Partido MAPU”, Santiago, 1987). Esta Guerra, que sería nacional y prolongada (siguiendo al maoísmo), tendría 3 momentos: a) acumulación de fuerzas: correspondería al proceso de movilización por un Chile Popular y la Patria Grande en que las fuerzas populares se transformen en efectivos político-militares. En esta etapa se estaba en 1987 cuando es declarada. b) puesta en acción: enfrentamiento con la dictadura, en un proceso extremadamente complicado, se consolidan las fuerzas populares y se aprontan para el asalto general. c) insurrección general: las fuerzas populares maduran y la dictadura hace aguas; es un proceso ofensivo y destructivo.

Esta estrategia fue lanzada en el contexto del plebiscito (al mismo tiempo que el FPMR preparaba la Guerra Patriótica Nacional) y consistía en el levantamiento  conjunto de todas las fuerzas subversivas del país dirigidas por la vanguardia político-militar (el Mapu-Lautaro). No sería una guerra normal entre 2 ejércitos sino que sería una guerra entre los poderosos y todo el pueblo. Se buscaba un “corte histórico” en que se rompiera con la dominación histórica. El mayor desarrollo de la guerra iniciada por el Lautaro se vivió bajo el primer gobierno de la Concertación (Aylwin), aumentando la cantidad de operaciones y su radicalidad. Sin embargo esto llevó a que el aspecto militar fuera el centro de la organización desde el año 91 en adelante, lo que provocó que gran parte de los dirigentes de base (poblacionales o secundarios) fueran cooptados para la estructura militar; se pasaba por urgencia del frente de masas al frente militar. Esto provocaría un proceso de enclaustramiento en que la organización se fue encerrando a sí misma bloqueando sus vías de comunicación con sus frentes de masas lo que condujo a que las masas se tragaran el cuento de que eran delincuentes y no combatientes. Al mismo tiempo fueron desapareciendo las anteriores canteras de militantes con lo cual se comenzó a reclutar a militantes que no estaban lo suficientemente preparados en el tema militar reflejados en gran cantidad de muertes, heridos y detenciones (dejó de existir profesionalización) lo que afectó gravemente a la organización. Se provocó una guerra de aparatos entre las FRPL y Carabineros e Investigaciones, donde el aparato del enemigo tiene mucho más poder, se pasa de una organización popular, de masas a un aparato; donde todos los militantes del Lautaro terminaban haciendo de todo, pero principalmente desarrollando el accionar armado.

La articulación entre las masas y lo militar.
Copamientos Territoriales Armados (CTA) eran acciones coordinadas de propaganda, despliegue de fuerzas milicianas, sabotaje y recuperaciones consistían en la toma de un espacio físico controlando la situación. Comenzaron a desarrollarse tras la formación de las FRPL a mediados de 1987, representando el nivel más alto y propio de acciones milicianas de masas y no de aparatos. Uno de los más recordados ocurrió el 24 de mayo de 1990 cuando a El Mercurio (25/05/1990, p. C1 y C2) le daba urticaria diciendo: “Un grupo armado, compuesto por una treintena de extremistas identificados como miembros del Movimiento de Acción Popular, MAPU, asaltó anoche al Centro Comercial Florida, en la rotonda situada en el paradero 14 de Vicuña Mackenna, y lanzaron un cohete de tipo Law contra la 36º Comisaría, ubicada en el mismo sector (…) Dispararon el artefacto explosivo contra el cuartel policial con el fin de distraer a Carabineros, mientras el grupo principal ingresó al centro comercial, reduciendo por la fuerza a los guardias y los dependientes de una sucursal de Farmacias Ahumada, otra de calzados Bata, otra de electrodomésticos DIN, de una tienda de ropa de niños y de una boutique (…) Tras reducir a los vendedores y los guardias, procedieron a saquear las estanterías, llevándose además el dinero que se guardaba en las cajas registradoras (…) al tiempo que el resto de los sujetos lanzaba panfletos con una leyenda que señalaba lo siguiente ´21 años. Somos fuerza para el Poder de la Felicidad. Partido MAPU`”

Además de lo que cuenta El Mercurio también se hicieron numerosos cortes de calles aledañas para causar conmoción e impedir la llegada de la represión por lo que la acción contó en definitiva con muchas más personas que los 30 que se mencionan que saquearon las tiendas. La masividad que tenían los CTA les daba la mejor protección de las fuerzas represivas, era el mismo pueblo que era combatiente y que se cuidaban entre ellos. De esta manera se mezclaba el trabajo de masas con el trabajo militar.

En este mismo sentido de que fueran las mismas masas las que se hicieran parte de la GIM el Lautaro no aceptaban ayuda extranjera (principalmente en el caso de las armas y al financiamiento), en primer lugar porque no tenían comunidad ideológica con prácticamente nadie y porque consideraban que eso los haría dependientes, por lo cual la militancia debía rebuscárselas ella misma lo que obligó a basificar bastante en los ´80s y a dar cuerda a la osadía desde la llegada de los gobiernos cartuchos. Si no había recursos la misma organización debía conseguirlos recuperándolos. Así fue que partieron saqueando las tiendas Bata con palos, cuchillos y harta gente; no era un asalto operativo que hacían 4 o 5 especialistas sino una recuperación masiva que contaba con la cobertura  de un par de barricadas que sirvieran de contención a la llegada de la repre. Al mismo tiempo se aprovechaba la acción para realizar una intensa e integral propaganda con una fuerte carga simbólica.
Afiche de actividad homenaje
 al Movimiento de Madres Guacolda.
Uno de los productos recuperados más llamativos y simbólicos de la impronta del Lautaro fueron los condones. Se consideraba que la liberación del pueblo era total e integral por lo que el aspecto sexual también debía ser liberado puesto que también estaba bajo las reglas de la lucha de clases, por eso se recuperaban condones y se distribuían para que los sectores populares pudieran gozar de una felicidad plena. Eso le permitió al Lautaro continuar creciendo en los sectores juveniles, como las poblaciones o la FESES (Federación de Estudiantes Secundarios de Santiago; especialmente en la COEM, Coordinadora de Organizaciones de Enseñanza Media, expresión de izquierda al interior de la FESES), realizando numerosas propagandas armadas en Liceos repartiendo condones o cassettes recuperados.
Un último ejemplo del gran trabajo de masas que realizó el Lautaro fue el Movimiento de Madres Guacolda que durante los años 1989 y 1994 se levantó como una instancia de defensa de los presos políticos del Lautaro, siendo un ejemplo de organismo generado y que no vuelca a toda una organización por la justa defensa de los prisioneros políticos.

El análisis del enemigo.
Para el Lautaro los grandes enemigos del pueblo eran tres:
-Los Grupos Económicos (Internacionales principalmente): por este motivo se recuparon numerosas tiendas Bata o Hush Puppies, como símbolos de la dominación. Con esto se demostraba una gran capacidad de movilización y de hacer parte a las masas de las recuperaciones para luego repartirlas en las poblaciones y no ser solamente un aparato especializado que le hace la pega a las masas.
-El Imperialismo: el mejor ejemplo de esto fue el ataque a los templos mormones. “Mientras miles de chilenos no tenemos dónde vivir, los gringos de los Estados Unidos construyen lujosos santuarios de dominación. Contra la intervención yanqui en América Latina, la fuerza rebelde de Lautaro se levanta” (El Pueblo Rebelde Vencerá. Publicación del MAPU-Lautaro, nº 16, julio de 1986, p. 10. )
Se busca atacar lo que consideraban la tríada de dominación: las FF.AA., los Grupos Económicos y el Imperialismo.
-Las Fuerzas Armadas: principalmente Carabineros e Investigaciones quienes eran vistos como los encargados de mantener el orden de la sociedad capitalista y eran los que llevaban la presencia del Estado a los sectores populares. La prensa y la izquierda reformista los estigmatizó por esto como si “mataran pacos porque sí”.

Ideología
En este aspecto radica una de las principales debilidades del Lautaro.
Su dirección fue bastante ecléctica en sus desarrollos teóricos (con influencias desde Gramsci y Allende hasta Lukács y Mao, además de varias figuras de mayo del ´68, siendo mencionados por algunos como “mayonesos”), en cambio la militancia mayoritariamente tenía poco desarrollo teórico e ideológico especialmente en los 90. En esto se debe recordar que el Mapu-Lautaro al nacer de un desprendimiento del MAPU en 1982 traía algunos presupuestos ideológicos de ese Partido como por ejemplo la gran valorización de la figura de Allende (cuestión que no se entiende en una organización que adscribía a la lucha armada y radical), del cristianismo (el MAPU venía de la DC). Este excesivo eclecticismo ideológico sería el que le pasaría la cuenta al Lautaro en los años ´90 cuando gran parte de su militancia que estaba apresada en la Cárcel de Alta Seguridad a mediados de los ´90 se declara anarquista. Sin embargo el fuerte trabajo de masas realizado le permitiría ser la organización subversiva que se transformaría en vanguardia a inicios de los 90 (el MIR había sido fuertemente mermado a inicios de los ´80 al igual que el FPMR en 1986, 1988 y que además vivía una diáspora, mientras que el MIR EGP no logró tomar vuelo) dando cara a los gobiernos cartuchos de la Concertación, la cual se concentraría en desarticular a los jóvenes rebeldes y populares lautaristas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

un saludo para ustedes, muy buen articulo, le sirve al conjunto del pueblo para formarce y conocer las experiencias politico - militares del pasado cercano

un abrazo desde Valparaiso, Playa Ancha.

verano 2013

Anónimo dijo...

Desde aca en Lo Herminda, un saludo,me parece que los CTA son la experiencia militar ideal para dar comienzo a la guerra popular, hay que comenzar a dar señales a las masas que este es la senda que deberemos transitar para conseguir la verdadera liberacion
Socrates