El contexto para este nuevo
1º de mayo no podía ser mejor debido a las recientes movilizaciones de
trabajadores de dos vitales sectores para la economía nacional.
La solidaria huelga de los
trabajadores portuarios desarrollada entre marzo y abril es muestra de un nuevo
sindicalismo que está recorriendo el país. Súmese a eso la jornada de
paralización desarrollada por los trabajadores del cobre hace un par de semanas,
la cual dio muestras de una de las principales tareas del naciente movimiento
sindical, barrer con esa lacra de dirigentes burócratas y vendidos (personificada
en Raimundo Espinoza, militante PS, líder de la Federación de Trabajadores del
Cobre) que llamaron a última hora a que el paro de 24 horas se transformara en
paralizaciones parciales de 1 o 2 horas lo que suscitó la digna y clasista
crítica del Sindicato de Collahuasi.
Los burócratas oportunistas y sus guardaespaldas. |
Todo esto dio parece volver
a situar a la combativa clase trabajadora chilena en el escenario de la lucha
de clases, tomando conciencia de su transcendental rol para el conjunto del
pueblo. Esto no es un sentimiento individual, se puede comprobar en los datos
de la Dirección del Trabajo, donde tras los años 90 donde año a año bajó el
número de trabajadores sindicalizados y de huelgas realizadas, desde el año
2006 lentamente, pero de manera constante, ha comenzado a ascender el número de
trabajadores sindicalizados y de huelgas realizadas. Tal vez la huelga se ha
puesto de moda, sí puede ser. Pareciera ser que el humo de las lagrimógenas de
las protestas estudiantiles llegó a las fábricas y lugares de trabajo y l@s
asalariad@s hemos decidido salir a la calle organizados y sin miedo.
El conjunto del pueblo
requiere de ese nuevo sindicalismo, que dé cara y no se quede en trámites
burocráticos, pero para eso no le debemos temer a la organización, es necesaria
y vital en todos los sectores de la economía. Por esto es que este nuevo 1º de
mayo, en su acto central, la CUT, el PC y sus antipopulares JJCC se deben haber
sentido cada vez más solos al intentar detener la rueda de la historia, cuando
hay un movimiento que avanza hacia otro norte y que a pesar de que determinados
sectores se extravíen en el camino hacia el pozo del reformismo con
determinadas candidaturas electorales, hay detrás todo un pueblo rebelde e
insumiso que no les compra y que día a día trabaja por destruir esta sociedad
de clases.
Pueblo en lucha.
PD: algunas fotos de la marcha central.
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