Como una ola que crece y avanza
por America latina, ahora ha sido el turno de Brasil donde el pueblo se ha
revelado contra el enemigo y ha puesto en jaque a esta potencia de la región.
En el marco de la Copa Confederación miles, mas
de 50.000 en cada manifestación desde el 10 de junio todos los dias, han salido
a las calles a “empañar” lo que debía ser no mas que un campeonato de futbol y
lo han transformado en la mejor tribuna popular para mostrar al mundo como
engañan aquellos que tiene el poder mostrando nuestros países como exitosos
cuando todos sabemos la realidad que nos toca a la clase trabajadora.
Concientes de esto, se han
volcado a las calles en distintas ciudades y cada partido que se juega es una
convocatoria espontánea para decir basta a tanta corrupción, basta a tanta
pobreza y plata mal invertida y basta con la injusticia a la que nos someten en
esas latitudes.
Como era de suponer el Estado a
respondido como suele hacerlo y ya son cinco los fallecidos en distintas circunstancias,
sin embargo como también suele pasar, la lucha callejera y la organización de “los mas”, ha tenido frutos y a raíz de
las movilizaciones se ha determinado que el
75% de los ingresos correspondientes al petróleo se destinaran a educación y el
25% restante a salud.
Además se aprobó un proyecto de
ley en donde por primera vez, en un país con índices altísimos de corrupción,
se promulga al respecto y se estableció que su gravedad es igual a la de un
asesinato o una violación.
Así una vez mas se evidencia que
la violencia que se manifiesta en las calles por los que padecen los embates
del capitalismo, tiene resultados que si bien no reparan toda la explotación y
marginación a que se nos somete, sí establece precedentes a cerca de quienes
son los responsables de tanta pobreza y miseria.
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