lunes, 30 de enero de 2012

SISTEMA BIPARTIDISTA. LA SALIDA BURGUESA A LA CRISIS POLÍTICA QUE SE AVECINA.

El acuerdo realizado entre Renovación Nacional y la Democracia Cristiana para modificar el sistema binominal y el régimen presidencialista no solo significa el fin de la Concertación y la modificación a las principales obras de Jaime Guzmán, sino también otras 2 grandes cosas:

1.- Ambos partidos dan indicios de volver a su tronco histórico, puesto que ambos tienen como origen el Partido Conservador de las primeras décadas del siglo XX e inclusive se han disputado la identificación con la Falange Nacional (Juventud Conservadora) que se desprendió de ese Partido en la década del 30. Su adhesión a la Falange Española, anticomunista y marcadamente fascista, han hermano a estos 2 Partidos chilenos, al igual que su adhesión decidida al imperialismo norteamericano en desmedro de otras potencias imperialistas. En este sentido es que muchos democratacristianos de ayer son miembros de RN como Sebastián Piñera por ejemplo. Al mismo tiempo este reencuentro histórico despeja las dudas en cuanto a su posición en el concierto internacional, puesto que en prácticamente todos los países la DC es identificada claramente como un Partido de Derecha o se encuentra en alianzas políticas de derecha; el caso más claro de esto es Alemania donde la nueva dama de hierro Angela Merkel, militante de la CDU (la Unión Demócrata Cristiana de Alemania), es fiel representante de la derecha alemana y europea, y en los últimos días le ha dado todo su respaldo a Nicolás Sarkozy (del Partido UMP) para las nuevas elecciones de Francia. Esto puesto que ambos partidos forman parte del llamado Partido Popular Europeo (donde también está Mariano Rajoy de España), máximo representante del los partidos conservadores y de centro derecha europeos. Es por esto, que cuando líderes de la derecha internacional han venido a Chile se han entrevista con líderes de RN y de la DC, como por ejemplo con las visitas de José María Aznar (miembro de la Internacional Demócrata Cristiana) o como cuando la DC chilena (al igual que el PAN mexicano) ha apoyado maniobras golpistas comandas por sus parientes de otras latitudes como el golpe de Estado a Chávez de 2002 comandado por el COPEI (la DC venezolana) o cuando condena eufóricamente los presos políticos de Cuba.
2.- Este acuerdo viene a representar la salida que están viendo los viejos partidos para su crisis política de representación, puesto que les permite enfrentar las nuevas elecciones (todo pacto real y toda modificación al binominal lo harían después de los resultados de las municipales) de manera conjunta en un proceso que los cientistas políticos califican como “centrípeto”, es decir que las fuerzas políticas tienden hacia el centro para poder sobrevivir. Es claro en este caso puesto que la DC y RN, los partidos más grandes a inicios de los ´90 hoy están en una verdadera crisis donde incluso RN ha sido ampliamente desplaza por la UDI.
En este sentido es que estos bloques realizan este pacto donde la DC aportaría además de su tracalada de burócratas parlamentarios a un importante número de dirigentes de bases que aún sobreviven en Juntas de Vecinos, Sindicatos (en la CAT o la UNT, por ejemplo) y Clubes Deportivos, mientras que RN aportaría principalmente los dirigentes cercanos al estilo de Piñera y Allamand, aquellos que hablan del “humanismo cristano”, puesto que es probable que los viejos cuadros de RN, esos de chupalla, poncho y olor a “jutre” como Larraín o Cardemil se trasladen a la extrema derecha representada por la UDI. Este proceso de tender hacia el centro y de formar grandes conglomerados políticos también ha prendido en la coalición de centro. Ricardo Lagos propuso, en el reciente cónclave del PPD, crear un Partido único de la Socialdemocracia que integre al PS, al PPD y al PRSD. Su modelo en este caso sería el Frente Amplio de Uruguay tal como lo ha reconocido Carolina Tohá y donde sin duda invitarían al PC que desde hace mucho tiempo que no asusta a nadie.

El porqué se producen estos acuerdos que tienden a pensar en la formación de un sistema bipartidista similar al Norteamericano o Británico (que en la práctica ha funcionado en Chile mediante el sistema binominal) es debido a que ante el actual escenario abierto con la valiente lucha estudiantil dada el año pasado y el fuerte movimiento de masas que ésta generó es probable que los Partidos con menor convocatoria como el PRSD y quienes vienen en franca caída como la DC, pierdan sus cuotas de poder ante candidatos independientes o descolgados de otros Partidos, que vayan produciendo, nuevamente según los cientistas políticos, un efecto “centrífugo”, es decir tender hacia lo más alejado del centro, hacia los extremos; es por eso que la salida burguesa ante este escenario es revivir la decante política de los “acuerdos” la cual sólo podrá ser desplaza por el actuar conciente del campo popular.
Es por esto que hoy sólo la UDI se opone a modificar el sistema binominal, porque estaría quedando fuera de estos grandes Partidos en formación, con lo cual le afectaría notablemente. En cambio los demás, DC y RN incluidos se abren a realizar esta reforma puesto que ya se han anticipado a sus efectos reduciendo a las fuerzas menores a la impotencia frente a las nuevas fuerzas partidarias que se avecinan.

Para el campo popular, poco margen de acción se avizora debido precisamente a que mientras la clase explotadora fortalece a sus representantes mediante estos nuevos pactos, el auge del movimiento de masas de los últimos años no tiene un Partido de vanguardia que lidere sus luchas.
Mientras tanto el debate principista del rechazo al sistema electorero resuena en la mayoría de las cientos de organizaciones populares existentes. Sin desconocer que hoy en día el pueblo nada tiene que hacer en las elecciones y que quienes se autoproclamaban la ultra en el ayer y hoy ya tienen listas sus pancartas electoreras van condenadas a saludar a la bandera o sumarse al reformismo histórico, el debate no puede cerrarse ahí ni autoproclamarse como anti electorales puesto que desde ahí no se construye poder popular.

Si las elecciones no entregan el poder al pueblo, tampoco lo hace su rechazo ni su abstención sino la lucha de masas, combativa y consciente desarrollada paralelamente a la formación orgánica del instrumento de liberación de nuestro amado pueblo, explotado y engañado por los mismos de siempre.

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