El día 6 de agosto de 2013, se inició la huelga
del sindicato n° 1 comercial Eccsa S.A, el cual agrupa a 825 trabajadores de
Ripley que forman parte del personal de tienda y de los administrativos pertenecientes a la
cadena en Santiago, Viña del Mar, Concepción y Temuco.
Cabe destacar que
inician un proceso de huelga ante una de las empresas que ha tenido un fuerte
aumento en cobertura tanto a nivel nacional, como a nivel internacional. En
este sentido Ripley, un pobre empresa, ha logrado salir adelante con sudor y
esfuerzo. Ya no sólo explotan e incentivan el consumismo desenfrenado en
nuestro país, ahora colombianos y peruanos tiene la gran posibilidad de
endeudarse en sus países, en Perú hay 17 tiendas y en Colombia van 3 con el
estimado de completar 10 a la brevedad.
Además cabe destacar que está apunto de arribar la empresa a México, lo
que claramente se contradice con lo manifestado por la empresa: “no cuenta con la
estabilidad financiera necesaria para hacer frente a un proceso de negociación
colectiva”. Esta posición de aumento de cobertura se lo debe principalmente a
los trabajadores, los cuales trabajan por metas y en situaciones precarias con
gran stress por mejorar sus sueldos, lo que se traduce en mayores ganancias para
la empresa. “Si logras subir tu sueldo 10 lucas por meta ellos cuanto no
recuperan y ganan con los intereses”.
En
términos concretos, la huelga de los trabajadores de Ripley se basa en una exigencia
principal: reajuste de los sueldos de un 10%. Esta situación nace teniendo a la
vista que en los últimos 15 años el reajuste que han tenido los sueldos de los
trabajadores ha sido solo en base al IPC, es decir, Ripley –al igual que otros
consorcios– aumentó sus sueldos en aproximadamente 20 mil pesos , pero sin
ningún asco abrieron sucursales sin parar, porque hay que recordar que al
empresario no le importa el bienestar de sus trabajadores, el empresario
explota para ganar él. ¿Acaso las tiendas del Retail tienen buenas condiciones
laborales? ¿Acaso el consumismo y las deudas no es su fuente de ganancias? En
sí se fomentan en una condición particular, por un lado a sus trabajadores les
mantienen asquerosas situaciones laborales y, por otra parte, su negocio es venderle a otros
trabajadores que no tienen capacidad de pago y creen en sus tarjetas y en sus
buenos precios.
Resulta paradójico ver a trabajadores enfrentados
a la necesidad de vender productos a crédito a otros obreros para obtener las
metas de la empresa y mejorar sus sueldos precarios. Es por eso que el llamado
es a la solidaridad y a no comprar en esas tiendas. Hay que entender que los
grandes capitales se mantienen gracias a nosotros los trabajadores, a nuestra
sumisión e indiferencia y cualquier avance tendiente a romper la inamovilidad y
la pasividad debe ser valorado, pero con el horizonte claro que esto es una
manifestación de una situación macro. Por eso llamamos a apoyar la huelga no
comprando y “apañar” en las colectas porque nuestro código laboral es tan
charcha que permite contratar rompe huelgas y más encima los trabajadores en
tiempo de huelga no se les paga la remuneración. Si ellos golpean nuestros
bolsillos, nosotros tendremos que prepararnos para golpear los suyos algún día,
de tal forma que recuperemos todo lo que nos han robado gracias a nuestra
fuerza de trabajo.
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